Las familias empresarias asentadas en Europa crean más de seis empresas de media a lo largo de su historia, cumplen la normativa medioambiental y tienen la reputación y la influencia como dos de sus principales prioridades, según se desprende del informe ‘Step Project‘, en el que participa Esade.
Una de dichas empresas se incorpora a raíz de una fusión y cuatro son fruto de adquisiciones, lo que demuestra que el emprendimiento familiar no solo se centra en el negocio primario, sino que también opta por desarrollar un ‘portfolio’ empresarial dinámico y emprendedor.
Asimismo, esta tipología de sociedades deja en segundo plano la asunción de peligros, evitando tomar riesgos demasiado altos, pero sí son «bastante innovadoras y proactivas», según destaca el estudio.
El informe también destapa algunos de los mitos que rodean a este tipo de entidades, como la relación entre la orientación emprendedora y la edad de las empresas. Según la profesora de Esade María José Parada, que también es una de las directoras del estudio, «una empresa familiar con más años puede ser tan emprendedora como una start-up».
Además de preocuparse y cumplir «estrictamente» con la normativa medioambiental, las empresas familiares también otorgan a la reputación un papel relevante que se traduce en una mayor confianza respecto a su retorno financiero.
Por último, en el plano de la influencia y gobernanza, estas compañías prefieren mantener una relación directa con la familia en los altos cargos. De hecho, hasta el 66% de los puestos de la junta directiva del negocio está ocupado por miembros de la familia y el 31% de las empresas tiene todos los cargos de la junta atendidos por familiares.
Fuente: eleconomista.es