La revolución tecnológica ya está aquí y, con ella, un nuevo cambio disruptivo para el mundo empresarial. La disrupción va a afectar a cada ámbito de la vida. La economía y la empresa, como no podría ser de otra manera, tampoco van a quedar inmunes. Además, en el caso de la empresa familiar, especialmente importante en un país como España con un gran peso de las pymes, la disrupción puede llegar desde dentro, por su propia naturaleza, que le confiere fortalezas y desventajas.
La pregunta ante este reto es clara… ¿Está preparada la empresa familiar para esta nueva era? La próxima generación de directivos de este tipo de empresas asegura estar bien preparada para anticiparse a esta disrupción, tener una visión clara sobre la dirección en la que se mueve su sector, su mercado y su negocio y entender la naturaleza del cambio disruptivo.
Sin embargo, se enfrentan a dos limitaciones importantes. Por un lado, las estructuras de dirección y gobierno corporativo están demasiado concentradas en el consejo de administración y la familia. Y por otro lado, existe una falta general de capacitación entre los empleados para poder prosperar en un entorno disruptivo.
Pero, al mismo tiempo, tienen ventajas como consecuencia de sus estructuras, principalmente una mayor agilidad y rapidez para afrontar los cambios. Además, las empresas familiares tienen un horizonte a largo plazo, por lo que pueden responder a las innovaciones disruptivas sin las interferencias que provocan inversores externos que buscan ganancias a corto plazo.
Asimismo, los ejecutivos de empresas tienen muy claro lo que se avecina. Casi la mitad de la próxima generación, un 47%, espera que la disrupción haga acto de presencia y afecte a sus mercados dentro de los próximos 2 o 3 años. Además, un 63% ha preparado planes estratégicos en los que la disrupción tiene un papel importante.
En la actualidad todos los negocios giran en torno a la agilidad, la innovación y la digitalización. Las empresas familiares no son una excepción y también necesitan afrontar las fuerzas disruptivas de sus mercados. A través de las conclusiones de este estudio, se constata que este tipo de empresas tiene una habilidad especial para evolucionar y adaptarse a un entorno cambiante.
Más aún, la gran mayoría de los encuestados (86%) cree la disrupción en general supone una oportunidad y las empresas familiares son conscientes de los cambios disruptivos que ocurren en sus mercados. En este sentido, un 84% de los encuestados está de acuerdo, totalmente o en parte, en que este tipo de empresas son capaces de entender la naturaleza del cambio disruptivo.
Las empresas familiares comparten retos con el resto de empresas, pero tienen unas características propias que hacen que estos retos puedan variar, y en muchos casos estos retos percibidos son más internos que externos, ya que afectan no solo al negocio, sino también al ámbito familiar: tienen que ver con la organización interna, como el cambio de las relaciones familiares y la sucesión en la dirección, más que con los mercados en los que opera la empresa.
Así, la próxima generación de directivos de empresas familiares señala como los factores más disruptivos los cambios en las relaciones familiares, en un 24%, provocados por conflictos internos en el seno familiar; la innovación en el mercado, en un 20%; y la sucesión, en un 14%, derivado del traspaso de poderes.
Por último, las empresas familiares también necesitan encontrar métodos para atenuar su debilidad en periodos de cambio, especialmente el acceso limitado a financiación y recursos, un salvavidas que tienen las grandes empresas y al que ellas, en muchos casos, no pueden acceder. Por ello, es recomendable que las empresas exploren nuevos enfoques y estrategias en las que la innovación y el aprendizaje son claves para el éxito. Sin embargo, aun con la estrategia adecuada, puede resultar difícil poner a todo el mundo de acuerdo sobre lo que debería hacerse.
Una parte importante de la gestión de un negocio familiar es buscar y obtener aportaciones valiosas de los empleados ajenos a la familia y la dirección ejecutiva. De este modo, la empresa puede seguir siendo flexible, dinámica y abierta a nuevas ideas. Es absolutamente esencial que la cultura empresarial sostenga su estrategia y aliente la asunción de riesgos, la agilidad y la colaboración. Por último, para prosperar en un entorno disruptivo, las empresas familiares deberían adoptar un enfoque proactivo a la hora de gestionar el talento y ser conscientes de que los directivos y empleados del futuro necesitarán habilidades diferentes de las actuales.