La empresa familiar demanda reformas para ganar en tamaño

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Un estudio revela que las compañías medianas creadas por familias generan más empleo tras la crisis.

 

La realidad jurídica, fiscal y laboral supone una barrera para que las empresas en general y las familiares en particular puedan crecer en tamaño, una de las recomendaciones más recurrentes para que el tejido productivo español gane en competitividad. El Instituto de Empresa Familiar, que agrupa a las principales empresas de este tipo de España, reclamó recientemente que se reactiven las reformas legislativas que permitan a las compañías crecer en dimensión.

El director general del IEF, Juan Corona, señaló durante la presentación del estudio Factores de Competitividad y Análisis Financiero en la Empresa Familiar que existen «barreras que son claras» y que están impidiendo un mayor tamaño a las empresas.

«Muchas pymes van creciendo hasta alcanzar los 49 trabajadores y al llegar ahí se produce un estancamiento, porque existen una serie de normas tributarias, mercantiles o laborales que crean problemas para crecer», afirma Corona, que detalla que esas «obligaciones de tipo contable, llevanza de papeles o administrativas, de aumento de la representación sindical» crean esa barrera «que dificulta el crecimiento». «Lo desincentiva», remachó. Frente a esa realidad, Corona dijo que es necesario aplicar reformas y recordó que ésa es una reivindicación recurrente como demuestra «la batería de propuestas hechas en la última asamblea general» del IEF, celebrada en octubre en Toledo.

Aumentar la dimensión de las empresas es bueno «para todo el resto de la economía», enfatizó Corona, quien opinó que las medidas que propone la empresa familiar «no son difíciles de adoptar, pero requieren de acuerdos políticos» y que estamos «en una situación parlamentariamente compleja».

El estudio elaborado por el IEF y su red de Cátedras de Empresa Familiar y patrocinado por el Banco Santander, pone de manifiesto que las empresas familiares han aprovechado los primeros años de la recuperación económica para reducir endeudamiento, mejorar la productividad y la rentabilidad y aumentar plantilla.

De hecho, el estudio, realizado con las respuestas de 1.005 empresas familiares de una encuesta -el trabajo de campo es de finales de 2016- y los datos oficiales de 118.00 compañías extraídos del Sistema de Análisis de Balances Ibéricos (SABI) referidos al periodo 2013-2015, pone de manifiesto que las compañías de capital de una misma familia tienen más empleados por millón facturado y sus plantillas han crecido más que las empresas que no son catalogadas como familiares. En los primeros años de la recuperación las empresas familiares aumentaron sus plantillas un 5,3%. También la productividad mejoró: en el mismo periodo se incrementó un 5%.

El trabajo de investigación presentado pone de manifiesto que el objetivo principal de los accionistas de este tipo de empresas es «garantizas la supervivencia de la compañía». Así es en el 69,1% de las empresas encuestadas. Esa idea se ve reforzada cuando casi seis de cada diez firmas renuncian a repartir dividendo (el 58,7%).

Otra de las conclusiones del análisis financiero es que a mayor tamaño, las pymes familiares son más rentables que las que no lo son. «A partir de cien trabajadores los datos de rentabilidad de las empresas familiares superan a los que no lo son», señaló en la presentación María Concepción López, directora de la Cátedra Santander de Empresa Familiar de la Universidad de Cantabria y miembro del equipo redactor del estudio.

Fuente: GH

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