En los años 50, en Gójar (Granada), comienza la andadura de esta empresa familiar, cuando Nicolás y su esposa deciden montar su propio negocio, una pequeña tienda de alimentación que apuesta por un producto clave, el jamón. En la parte trasera de este negocio habilitan una zona para llevar a cabo el proceso de salado y curación del jamón, de forma totalmente natural y tradicional, apostando de esta forma por la comercialización de un producto propio y que se convierte es su producto estrella muy demandado por los habitantes.
A finales de los 80 ya es un local totalmente especializado y a principios de los 90 ya se encuentran en unas instalaciones totalmente nuevas y de mayor capacidad con el objetivo de llevar sus jamones al resto de España. En ellas han sido capaces de llegar a producir grandes cantidades y todo de forma natural, sin ningún tipo de secadero artificial. Aquí se encuentra su esencia.
En Jamones Nicolás llevan a cabo una selección exhaustiva y exigente de su materia prima. Se preocupan por el hábitat donde son criados los cerdos, clave para los resultados finales de sus productos. Una buena alimentación y una excelente crianza en dehesas y encinares hacen que sus jamones tenga el resultado que ellos desean. Poseen diferentes proveedores según el producto y el mercado, pero todos ellos cumplen los requisitos de calidad impuestos por la Unión Europea.
La materia prima de sus jamones ibéricos procede principalmente de las zonas de Badajoz y Salamanca famosas por este tipo de productos.
Estos dos elementos son los que han llevado a Jamones Nicolás a tener una calidad reconocida, su buena materia prima y su labor artesanal y totalmente natural. Con esta fórmula han conseguido abrirse mercado en todo el ámbito nacional teniendo sus principales sedes en Andalucía, Levante y Madrid.
A estos conocimientos heredados y a una tradición milenaria se le une el magnífico entorno que caracteriza al pueblo de Gójar, a las faldas de Sierra Nevada. Las grandes corrientes de aire que bajan de esta majestuosa y famosa cordillera han creado un entorno idóneo para llevar a cabo un excelente proceso de salado y curación del jamón y así conseguir piezas de gran calidad capaces de complacer a los paladares más exquisitos.
Misión y visión
Sin perder su esencia, Jamones Nicolás sigue innovando para estar a la última en el sector pero siempre respetando el proceso natural que debe sufrir cada pieza de jamón.
Cuidando el más mínimo detalle de este manjar para no perder su calidad, esta empresa familiar sigue teniendo la ambición de seguir creciendo cada día. Capacitada para producir grandes cantidades y todas ellas de forma natural, desea seguir abasteciendo a sus zonas claves, como son Andalucía, Madrid y Levante y ahora País Vasco. Ésta última es una zona muy rica y exigente en el mundo gastronómico, tanto es así, que es la región de la Península Ibérica con más estrellas Michelín y donde se encuentran las escuelas gastronómicas más destacadas.
Jamones Nicolás tiene además la misión desde sus inicios de darle continuidad a esta tradición milenaria trasmitiendo los conocimientos sobre las labores artesanales y toda la cultura que rodea a este producto oro de la gastronomía internacional, el jamón.